A colar lombrices

Llegó el día de migrar las lombrices del bote en el que trabajaron desde que las adquirimos. Nuestro bote con lombrices ya estaba lleno de humus y no cabía ni alimento para ellas.
Nos encontramos que solo había grandes y huevos. Las pequeñas habían desaparecido. 
Sobre el final de los días, nos asustamos con las temperaturas en Monterrey y cómo habían sentido calor las lombrices, al punto que quisieron salirse del bote. 
Nos recomendaron en ese momento regarlas, darles menos material orgánico, regarlas con su propia agua para que no quieran suicidarse en el bote de líquidos (el de la llave) y así sin querer demoramos la llegada de alimento nuevo y creemos que muchas murieron.
Será que fue la falta de alimento fresco lo que las hizo irse? No sabemos. 
Sabemos que cuando las migramos a un nuevo bote sí les pusimos material orgánico nuevo. 
Que había muchos huevos o cocones, que seguramente no vimos. 
Que a pesar de ponerles material por compostar, no migraron a toda velocidad hacia él. Y que nos tocó regar ambos botes para asegurarnos de mantenerles húmedo el hábitat. Incluso con la nueva comida que les dimos. Nos tocó poner una botella pequeña hecha hielo para hacerles el microclima acondicionado y bajarles la temperatura.
En 1 mes nos tocará revisar otra vez el bote que ya no tiene lombrices grandes y asegurarnos que si nacieron más, no terminen en la huerta. Sino que sigan trabajando las basuras de los vecinos.

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